La Meta cognición se concibe, generalmente, como una
capacidad para pensar acerca del pensamiento (proceso mental) o para ser
consciente y controlar los propios procesos de pensamiento. Es un conocimiento
añadido que surge de la reflexión sobre nuestro conocimiento.
la metacognición es una de las áreas de investigación que más
ha contribuido a la configuración de las nuevas concepciones del aprendizaje y de la
instrucción. A medida que se han ido imponiendo las concepciones constructivistas del
aprendizaje, se ha ido atribuyendo un papel creciente a la conciencia que tiene el sujeto
y a la regulación que ejerce sobre su propio aprendizaje.
Flavell (1976: 232), uno de los pioneros en la utilización de este término, afirma que
la metacognición, por un lado, se refiere “al conocimiento que uno tiene acerca de los
propios procesos y productos cognitivos o cualquier otro asunto relacionado con ellos,
por ejemplo, las propiedades de la información relevantes para el aprendizaje” y, por
otro, “a la supervisión activa y consecuente regulación y organización de estos procesos,
en relación con los objetos o datos cognitivos sobre los que actúan, normalmente en
aras de alguna meta u objetivo concreto”. Así, por ejemplo, se practica la metacognición
cuando se tiene conciencia de la mayor dificultad para aprender un tema que otro;
cuando se comprende que se debe verificar un fenómeno antes de aceptarlo como un
hecho; cuando se piensa que es preciso examinar todas y cada una de las alternativas
en una elección múltiple antes de decidir cuál es la mejor, cuando se advierte que se
debería tomar nota de algo porque puede olvidarse.
Carretero (2001), por una parte, se refiere a la metacognición como el conocimiento
que las personas construyen respecto del propio funcionamiento cognitivo. Un
ejemplo de este tipo de conocimiento sería saber que la organización de la información
en un esquema favorece su recuperación posterior. Por otra, asimila la metacognición
a operaciones cognitivas relacionadas con los procesos de supervisión y de regulación
que las personas ejercen sobre su propia actividad cognitiva cuando se enfrentan a una
tarea. Por ejemplo, para favorecer el aprendizaje del contenido de un texto, un alumno
selecciona como estrategia la organización de su contenido en un esquema y evalúa el
resultado obtenido.
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